Despidiendo 2023
Despidiendo 2023: ¿qué ha ido bien? ¿qué no ha ido tan bien? ¿qué lecciones sacamos?
Hace exactamente una semana finalizaba 2023, uno de los años con más cambios de mi vida. En general, lo recuerdo como un año positivo, lleno de crecimiento. Es importante mirar atrás, repasar qué ha ido bien, qué ha ido mal (o no tan bien) y sintetizar los aprendizajes que nos llevamos. Así será más fácil encarar el nuevo año y conseguir cumplir con los objetivos que nos propongamos.
Lo que ha ido bien
- Salud: como menciona Carlos Galán en sus píldoras para cerrar el 2023, muchas veces infravaloramos el hecho de que "no pase nada". Y en el caso de la salud, es algo de lo que estar agradecido. Más allá de algún resfriado no he sufrido de salud en todo el año y eso es algo muy positivo. Además, hace un tiempo tuve una época bastante complicada que trajo la ansiedad a mi vida hasta tal punto que necesité medicamentos para salir del agujero. Esto es algo que había arrastrado hasta hace unos meses. Por fin este año he podido quitarme el tratamiento de encima y me siento muy feliz de haber podido comenzar esta nueva etapa. Además, por segundo año consecutivo he mantenido una rutina de entrenamiento. Esta vez hasta contraté un entrenador personal durante medio año para que me guiase y es algo que ha mejorado mucho mi vida.
- Amor: este año me he casado. No es algo que en un principio me hiciera excesiva ilusión. Soy una persona bastante pragmática y lo veía completamente innecesario, al menos celebrar una boda "tradicional". Es un gasto bastante importante de dinero, requiere también de una inversión grande de tiempo para organizarla y, en general, añade estrés a tu vida. No obstante, a mi ahora mujer (todavía me suena raro) le hacía mucha ilusión y creo que es lo correcto ayudar a tu pareja a cumplir sus sueños. Una vez pasada, tengo que decir que la disfruté muchísimo. Ver a todos tus seres queridos juntos es una sensación indescriptible. Realmente se me pasó volando, fueron casi 12 horas y me pareció como si hubiese durado 3 horas y no hubiera pasado más de 5 minutos con cada persona. Próximamente escribiré un post desglosando los gastos para los más curiosos.
- Familia y amigos: desde que formo parte de lo que se considera la vida adulta, siento que no veo a mis amigos lo suficiente. Por circunstancias de la vida, tengo amigos de muchos grupos diferentes y no hay tiempo para verlos a todos regularmente compaginándolo con las responsabilidades del día a día. No obstante, este año, entre repartir invitaciones, despedida de soltero, boda, etc. ha sido especialmente intenso y me ha gustado poder tenerlos tan presentes. Lo mismo con la familia, he retomado relación con primos a los que no veía desde hace años y es grato sentir como si el tiempo no llegase a pasar del todo. Espero poder seguir disfrutando de toda esta gente muchos años más.
- Trabajo: En abril comencé en un nuevo trabajo en el que estoy muy contento. Me gusta el proyecto, siento que aporto más de lo que podía aportar en la anterior empresa y que la gente me valora por ello. Las condiciones son muy buenas y me siento tremendamente afortunado de haber encontrado algo así.
- Viajes: una escapada al norte a visitar a mi mejor amiga y su recién nacido, un viaje en pareja para descubrir Tenerife y el viaje de novios, Tailandia y Maldivas. Poco más se puede pedir. Me encanta descubrir nuevos lugares. Ha sido mi primera experiencia en el sudeste asiático y ya tengo ganas de volver.
- Hemos firmado arras para nuestro futuro piso. Si todo va bien, pronto tendremos la que espero que sea nuestra casa durante las próximas décadas.
Lo que no ha ido tan bien
- Despedidas: este año hemos perdido a mi abuela y a la madre de mi hermano pequeño. Realmente, lo de mi abuela ha sido más un alivio que un pésame, ya que llevaba vegetal varios años y no era justo que tuviera que seguir así, tan diferente a la persona que había sido. Lo otro fue repentino, recién pasados los cuarenta. Un tumor inoperable detectado tarde que se la llevó en un par de meses. Un duro golpe.
- Despido: aunque he comentado más arriba que estoy muy contento con mi nuevo puesto de trabajo, por primera vez en mi vida no busqué este cambio. La empresa para la que trabajaba en remoto, decidió acabar con esta modalidad de trabajo y nos despidió a los que no vivíamos en Holanda. Llevaba apenas un año y poco y estaba muy a gusto con los compañeros. Fue una pena, pero me llevo también todo lo aprendido.
- Estrés: ha sido un año con bastante estrés en mi vida. Verme en el paro, la búsqueda de empleo, la organización de la boda, las gestiones ligadas a la compra de un piso, los dramas familiares. Ojalá un 2024 más relajado en este aspecto. Muchas de estos asuntos se han concentrado hacia final de año y han hecho que coma algo peor y no sea tan constante con el ejercicio en diciembre como el resto del año.
- Adicción a las pantallas: varias veces a lo largo del año me he borrado las aplicaciones de Instagram y Twitter del móvil. Me gustaría usarlas de manera moderada, pero cuando me aburro las abro por defecto y, como resultado, obtengo más de una hora de uso al día, totalmente desproporcionado para algo que no me aporta ningún valor real. Es algo que tengo que mejorar este año.
Lo que he aprendido
- La disciplina es imprescindible. No se puede vivir únicamente a base de motivación. O no, al menos, si se quieren conseguir resultados por encima de la media. Es uno de mis puntos débiles y que he trabajado y tengo que seguir haciéndolo.
- La vida no está garantizada. Podemos encontrarnos muy bien hoy y mañana no estar aquí. Hay que compatibilizar el sacrificio para el futuro con disfrutar del momento. Por esto mismo, también hay que pasar tiempo con nuestros seres queridos. Quizá pronto no estén ahí.
- Hay que tener confianza en uno mismo. Como dice el refrán: "Un pájaro posado en una rama nunca tiene miedo de que ésta se rompa, porque su confianza no está en la rama, sino en sus propias alas". Si hay algo que se te da bien, si aportas valor, encontrarás tu lugar.